el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 11 de marzo de 2010

11/ 03: LIGHT BRIGADE


En la contratapa de este libro se destaca una frase que no quiero leer nunca más en mi vida: “El Cielo y el Infierno están en guerra y la van a librar en la tierra!”. ¿Cuántas historietas leímos sobre la guerra entre el Cielo y el Infierno? ¿Cientos? ¿Miles? Y si le sumamos las películas y las series de TV, por ahí decenas de miles. ¿Hace falta otra historia más de guerra entre el Cielo y el Infierno que se libra en la tierra?
Con esa excelente predisposición me senté a leer este libro, sin olvidarme de que era la primera vez que leía algo “grosso” de Peter Tomasi, de quien sólo conocía historias cortas, perdidas en alguna antología. Lo conocía y respetaba por su labor como coordinador, pero nunca le había entrado a ninguna de sus obras importantes como guionista. Y la verdad es que con mucho huevo y mucho oficio, Tomasi me sacudió mi escepticismo y me reclutó en la Brigada. La clave es fácil: Light Brigade se lee como una de esas buenas historias de guerra que escribe Garth Ennis en las que lo más importante es el laburo de desarrollo de personajes. Tomasi trabaja muchísimo sobre esto y nos presenta un amplio elenco protagónico, donde cada soldado es único (los hay más duros, más trágicos, más guarros, más intelectuales, más bestias, hasta más geeks) y tiene su chance de brillar. Esto no es el Sargento Rock y diez salames más que nadie sabe quiénes son y a nadie le importa si los nazis los matan, los violan o los afilian al PRO. Acá hay un sano rescate del famoso (y oesterheldiano) héroe colectivo.
El otro gran logro de Tomasi es cómo se esfuerza para que de punta a punta esto sea un comic bélico lo más puro posible. Para esto, se encarga con enorme habilidad de encorsetar toda una serie de elementos sobrenaturales (no los quiero denominar “fantásticos” por las dudas de que algún católico fanático se ofenda y me haga excomulgar por un obispo pedófilo) para que incluso lo más fumado y grandilocuente se pueda contar dentro de los parámetros del género. Y lo más flojo, o lo que menos cierra es que, precisamente por la grandilocuencia de la trama, por lo ambicioso del plan de los villanos (que no son los nazis, o por los menos son algo más que simples nazis), es obvio que van a perder. No hay forma de que los buenos no frustren el plan de los malos, y lo que te puede llegar a sorprender es –en todo caso- a qué costo.
Hablábamos de las similitudes entre Light Brigade y los buenos comics bélicos de Ennis y una de ellas es que muchos de esos comics los dibuja el gran danés Peter Snejbjerg, un monstruo injustamente subvaluado por la gran masa del pueblo comiquero. Snejbjerg tiene una narrativa cristalina, una puesta en página sobria y ajustada, como los dibujantes ingleses tipo Steve Dillon. Pero dibuja mejor. Sus composiciones y su trabajo de sombras tienen más que ver con Mike Mignola o con Tony Harris, y en un montón de detalles se le nota el amor por Will Eisner y por Richard Corben. El colorista Bjarne Hansen también se debe cebar con esa impronta filo-corbeniana de Snejbjerg, porque el color está puesto como suelen ponerlo los buenos coloristas que trabajan con el prócer de Kansas. Snejbjerg además es un dibujante de enorme versatilidad, al que le salen bien las escenas tranqui, los pasos de comedia costumbrista, las escenas de acción y todo tipo de machaca, desde una mera puñalada hasta la hecatombe de proporciones bíblicas que propone Light Brigade. La documentación histórica de la Segunda Guerra Mundial está muy lograda y siempre que Snejbjerg recurre a la ayuda de fotos, las labura para que parezcan dibujos, un poco más realistas que los de los personajes, pero dibujos al fin.
Lo cierto es que, al jugármela por el lado de la historieta bélica, me hicieron entrar. Toda la parte sobrenatural está buena, da mucho jugo y los autores lo aprovechan para que la enésima versión de la guerra entre el Cielo y el Infierno no sea una gilada más, sino el ingrediente extra para una muy buena saga de yankis versus nazis en las frías planicies de la Bélgica invadida por las tropas aliadas. Una más, y no jodemos más…

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