el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 11 de abril de 2010

11/ 04: DOCTOR STRANGE: THE OATH


Volvemos a encontrarnos con Brian K. Vaughan, que una vez más demuestra por qué es uno de los guionistas más notables que peló el mainstream americano en la última década. Acá le toca remar en un océano de polenta: más allá de la infinita chapa que le da el hecho de haber sido creado por Stan Lee y Steve Ditko, el Doctor Strange está a años luz de convocar a hordas de fans y está bastante claro que darle una serie regular es más suicida que ir a una marcha de un partido de izquierda disfrazado de Martínez de Hoz. Pero, una miniserie cada tanto no se le niega a nadie, por más segundón que sea, y así es como en 2007 salió The Oath.
El principal logro del guión debe ser el recupero de la tradición médica de Stephen Strange. Ese aspecto del personaje, someramente presentado en su origen, fue rápidamente dejado de lado por los distintos guionistas y muy rara vez se volvió a ahondar en su pasado como cirujano. Acá, Vaughan recrea su etapa pre-misticismo y hace un fuerte hincapié en toda esa área inexplorada. Otro logro es, seguramente, la dimensión que cobra la figura de Wong, eterno sidekick del Tordo, al que rara vez lo habíamos visto brillar como en esta saga. Y uno más es la forma en que Vaughan relanza y realza a Night Nurse, oscuro y semi-olvidado personaje de Marvel, que acá pasa a ser el interés romántico de Stephen, y una heroína a tener en cuenta.
Desde ahí, Vaughan arma la plataforma de lanzamiento de un guión a prueba de balas. Tiene ritmo, sorpresas, no está estirado, los malos no son los obvios, está lleno de diálogos magníficos, la bajada de línea (contra la mafia de los laboratorios) es certera, los dilemas morales son emotivos y poderosos, y los retro-injertos en el pasado del personaje son absolutamente coherentes y bienvenidos. Puestos a criticar algo, lo único incómodo es escucharlo putear al Doc, siempre afecto a usar una verba sofisticada y culta, como si de pronto se hubiese vuelto una especie de barrabrava de Nueva Chicago. Son tres o cuatro puteadas en toda la obra, pero están MUY fuera de lugar, por lo menos en boca de este personaje.
El dibujo está a cargo de un grosso del que se habla poco, con total injusticia. El español Marcos Martín es un dibujante completísimo, de enorme versatilidad, de increíble destreza para la narrativa y además dueño de un trazo realmente vibrante, intenso, siempre listo para transmitir y potenciar las emociones que propone el guión. Acá su trabajo está al nivel del que le vimos en Batgirl: Year One, y eso es un elogio de acá a las dimensiones fumancheras por las que viaja el Tordo. Hay sutiles homenajes a Ditko, que funcionan maravillosamente, y a un montón de otros dibujantes que pasaron por la serie (Frank Miller, Brett Blevins, Mark Badger, Paul Smith) más algunas cosas que nos recuerdan a Javier Pulido, o a Darwyn Cooke. Martín revuelve la coctelera, recita un par de conjuros limados, y de ahí sale algo muy, muy atractivo a la vista y totalmente funcional al relato. El colorista es otro notable autor español, Javi Rodríguez, que se complementa inmejorablemente con el dibujo de Martín.
Probablemente gracias a la inmensa popularidad de Brian Vaughan, muchos lectores hayan conocido al Doctor Strange gracias a esta miniserie. Y sí, si sos fan de Vaughan esto te va a gustar, y mucho. Pero la recomendación también va en sentido contrario: si sos fan del Hechicero Supremo y querés leer una gran historia con acción, misterio, hechizos y algunos toques románticos y humorísticos (posta, nunca hubo mejores chistes en un comic del Tordo), esta no tiene nada que ver con las clásicas de Stan Lee, Steve Englehart o Roger Stern, pero igual está espectacular y es sumamente respetuosa de todo lo anterior. Vintak Rvv Krn!

3 comentarios:

SaKi dijo...

No puedo estar más de acuerdo con tu apreciación sobre Martín, es impresionante su laburo.

Justamente hoy Domingo (buéh, ya Lunes) lo leía en Spiderman de Clarín, y me quedaba helado de un par de puestas de páginas increíbles.

De Vaughan lo que he leído me ha gustado, por lo que para mí es garantía de confianza.

saludos!

Loris Z. dijo...

Marcos Martín es la clase de dibujante que, si este fuera un mundo justo, tendría su propio archipelago de islas en el Pacifico, o su propia estación espacial.

Que buen historietista, por dios.

Capitán Manu dijo...

¿Estoy muy loco si siempre encontré un parentesco entre el Doc Strange y nuestro Nekrodamus? Más allá de eso siempre fui un calladito admirador de estos personajes metafísicos, los que se cagan a trompadas contra demonios y salen a dar una vuelta por el Inframundo como si fuera el patio de la casa.

Voy a prestarle atención a este Martin, che.