el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 5 de mayo de 2010

05/ 05: TASTY BULLET


A mediados de los ´90, cuando las bebidas energizantes eran un fenómeno relativamente nuevo, el mercado japonés fue sacudido por una bebida llamada Tasty, fabricada por la corporación Bullet. Para publicitarla, convirtieron a una modelo en Tasty Girl y su cara apareció de pronto en una infinidad de afiches. Poco después la empresa la mandó a hacer pruebas físicas de alto riesgo, para generar más promoción. Tras afianzarse en Japón, la bebida se empezó a vender también en la Europa Oriental, donde también había una Tasty Girl a cargo de darle una imagen cool y agresiva al producto, y de manijearlo con apariciones públicas en las que se jugaba la vida en proezas riesgosísimas. Todo esto, hasta que alguien se dio cuenta de que la Tasty generaba adicción y quienes dejaban de tomarla sufrían síntomas parecidos a los de la gripe, pero más heavies. Ahí, las autoridades de los distintos países prohibieron la bebida y la corporación Bullet no tardó en desaparecer. Pero claro, nunca se supo qué fue de la otrora popularísima Tasty Girl, ni mucho menos se supo con qué sustancias se elaboraba la Tasty.
A partir de esa extraña historia del mundo real, el guionista Jonathan Vankin (autor de varios Big Books y de las excelentes Vertigo Pop: Tokyo y Vertigo Pop: Bangkok) y el dibujante holandés Arnold Pander (quien probó la Tasty durante un viaje por Europa) crearon esta historia, ambientada en una Los Angeles del futuro cercano y protagonizada por Tamar, la despampanante Tasty Girl, encargada de promocionar a la bebida rosa llamada Tasty Bullet. La historia nos llevará por muchos otros lugares del mundo (Tokyo, Bombay, Guatemala), a partir de que Tamar empieza a preguntarse por qué y cómo se convirtió en Tasty Girl, y además a experimentar qué sucede cuando deja de tomar la bebida que promociona. En una carrera contra la muerte, la intrépida heroína (y super-modelo) deberá descubrir su origen y lanzar un ataque suicida contra Tasty Corp, los oscuros fabricantes de la bebida.
Acá sí, terminaremos por enterarnos con qué se hace el brebaje rosa y qué pasó con la chica de los afiches y las escenas de riesgo cuando se desvinculó de la empresa y dejó de consumir la Tasty. No es muy difícil deducir que la corporación jugará el rol del villano, y que para derrotarla habrá que desentrañar una compleja red de mentiras, sobornos y crímenes impunes, de esas que hacen que los ricos y poderosos sean aún más ricos y más poderosos. Y por supuesto, el hecho de que la protagonista esté habituada a las escenas de alta peligrosidad será fundamental para que sobreviva (muchas veces con lo justo) a momentos bravos de verdad, en los que la corporación intentará eliminarla sin la menor compasión. Sin su entrenamiento, Tasty Girl había llegado fiambre a la página 32, y el comic tiene más de 160.
El guión de Vankin es trepidante, redondito e intenso, y el personaje de Tamar está muy bien trabajado, al igual que varios de los secundarios (sobre todo Zak). Sin ser la gloria, es una historia de acción y suspenso atrapante, con misterios bien llevados y una resolución no muy impredecible, pero sí muy disfrutable.
El dibujo de Pander, por otro lado, es muy raro. Inspirado en el origen japonés de la Tasty, o convencido de que los pibes quieren comprar cualquier cosa que parezca japonesa, el holandés deja de lado su estilo habitual (que vimos en obras como Grendel, XXX, o Accelerate) para jugarse por un grafismo y hasta por una narrativa más cercanas al manga. Tasty Bullet es dinámica pura, es un comic que desde lo visual no da respiro. Hasta en las escenas más tranqui, Pander se las rebusca para que su heroína de enormes pupilas transmita el vértigo de una acción que parece no detenerse nunca. Los escorzos y las expresiones faciales también están exagerados para contribuir a esta búsqueda, que alcanza sus mejores resultados en los dibujos que separan a cada capítulo del siguiente. Para el resto del comic, me hubiese gustado más el Pander de sus otros trabajos, aunque este no está mal y lo muestra en una faceta distinta, más volcado a la machaca y con un gran manejo del blanco y negro y las tramas mecánicas.
Tasty Bullet no llega ni en pedo a lectura obligatoria, ni marca un antes y un después de nada, pero es una historieta bastante original, bien pensada y bien ejecutada y que –en el mejor de los casos- tal vez logre que los lectores que rara vez salen del manga prueben algo distinto. En una de esas, hasta les genera tanta adicción como la Tasty.

2 comentarios:

Cuestionador dijo...

Que comic raro...de Pander vi una historia para Batman Chronicles (creo), y me pareció fenomenal el estilo de dibujo.
Cambiando de tema...me estoy desayunando unos números de Defenders de DeMatteis (para la nota del Squadron Supreme) y...¡que mierda, por dios!Don Perlin y Mike Gustovich dibujan para el orto, un desastre...¿habrá alguna posibilidad de reseñar algo de corte "cósmico" marveliano (estoy leyendo Quasar y me encanta, pero hay veces que no cazo una) o algo interesante de los Defenders?

Andres Accorsi dijo...

De los Defenders me gusta mucho la saga en joda, la de Giffen, DeMatteis y Maguire... Esa puede andar...