el blog de reseñas de Andrés Accorsi

jueves, 13 de mayo de 2010

13/ 05: CLAUDIO CUECO


La primera vez que el maestro valenciano Daniel Torres publicó una historieta en forma profesional fue en 1980, en un número de El Víbora (que tengo por ahí). La historieta era Asesinato a 64 Imágenes por Segundo y en sus 15 míticas páginas hacía su primera aparición la versión más conocida de Claudio Cueco, un personaje al que Torres ya había usado alguna vez para unas planchas humorísticas que nunca se publicaron.
Este Claudio Cueco, el de Asesinato… es un detective privado clásico, perfecta réplica de los duros antihéroes de la novela negra americana, pero con cara de pájaro. Es un detalle, nomás, tanto que –extrañamente- el resto de los personajes, todos ellos humanos normales, no parecen notarlo. Esta primera historieta es perfecta, redonda, y sienta las bases de lo que va a hacer Torres con Claudio las veces que vuelva visitarlo, que van a ser muy pocas. En Asesinato… hay femmes fatales, muertes truculentas, villanos despiadados y mucho hijo de puta dispuesto a perpetrar las más abyectas traiciones por un buen fangote de guita. Entre ellos el propio Claudio Cueco, que de altruista no tiene una pluma.
Al año siguiente, en 1981, Torres regresó con una saga extensa, de 46 páginas. El Angel Caído nos invita a seguir a Claudio en una aventura por medio mundo, mucho más compleja que la anterior, con más personajes que entran y salen de escena, y por supuesto rosquean, se espían, se encaman y se traicionan sin el menor escrúpulo. Acá vemos bastante más del universo retro en el que transcurren estas historias, en el que Torres hace coexistir los autos, las armas y la ropa de la década del ´40 con avances tecnológicos que en 1982 estaban muy, muy lejos, e incluso con una posguerra, pero de la Tercera Guerra Mundial. El truco del retro-futuro será de aquí en más una marca registrada de Torres y lo llevará al extremo en la saga de Roco Vargas, que iniciará cuando se despida de Claudio y será su trabajo consagratorio.
La tercera historieta (aunque en el recopilatorio de Norma la hayan puesto primera) es la única realizada por Torres a todo color, con color directo, y también data de 1982. Otra vez nos encontramos con una historia sórdida y un final que destila hectolitros de mala leche. Además (al igual que un segmento de El Angel Caído) la trama se sitúa en Valencia, la ciudad natal de Torres a la que no se cansa nunca de dibujar. Y finalmente Claudio Cueco reaparece El Enigma de la Torre, la historia más breve del personaje, desarrollada en apenas ocho tiras de cuatro viñetas. Aún así, el autor se las rebusca para plantear una historia para nada burda ni banal y resolverla con solvencia.
Es muy loco que casi siempre se habla de Daniel Torres como un maestro del dibujo (que lo es, obviamente) pero pocas veces se hace hincapié en lo grosso que es como guionista. En estas cuatro historias lo demuestra con una cancha y una amplitud demoledoras.
Pero vamos al dibujo, que es un rubro sumamente interesante, porque al tener cuatro historias de cuatro años distintos se nota con toda claridad la impresionante evolución que experimentó el artista en un lapso de tiempo increíblemente breve. En las dos primeras historias, Torres parece buscar su identidad gráfica, a mitad de camino entre la línea chunga y una línea de realismo retro. A esto le suma su talento nato para la narrativa y su gran manejo de las tramas mecánicas, y ya está. Alcanzó para ponerlo en el mapa. Pero en la tercera historia ya aparece (además del color) el otro Torres, el que lleva a su cénit a la línea clara valenciana, el zarpado que reinterpreta la línea clara pop y psicodélica del maestro Miguel Calatayud (también valenciano) y le pone el filo, la ironía y la impronta “diseñosa” que requerían los modernísimos ´80, en los que la estética era lo fundamental. En esa historieta (Cartón Mojado) está todo lo que va a coronar a Torres cuando se sume a la revista Cairo y publique Tritón, la primera aventura de Roco Vargas. Y en las tiras que componen El Enigma de la Torre lo vemos afianzarse en el manejo de la iluminación e incluso terminar de definir su rotulado, con esa forma tan calatayudiana de dibujar las letras, que lo caracterizará durante años.
¿Viste esas bandas que sacan su primer disco y decís “Nah, me están jodiendo… Estos tipos tocan juntos hace 20 años, no pueden sonar así si son pendejos que graban por primera vez”?. Bueno, Claudio Cueco es eso, el disco debut de una banda que la rompe desde el primer tema, una especie de The Hurting (de Tears for Fears), que también es de 1983, como El Enigma de la Torre. Daniel Torres es grosso hace 30 años y cada día canta mejor.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hola andres:
por que en la portada aparece como CUECO y no Clueco????

saludos y felicitaciones por el blog\\d
darmaul

WALT dijo...

Hola Andres!
Pedazo de blog te mandastes ! tanto leer manga e intentar leer en frances en mis siete u ocho minutos libres por día que tengo ,me ando perdiendo de enterarme de cosas que pasan más cerca y por acá ;como que tenes este blog de puta madre . Muchas de las cosas que leístes ,las he leído ...hasta "fin de samana " me leí así como Celulitis o Luunna o tanto que mostras por acá .
Imprescindible lo que expones y tu punto de vista,sólido y de conocedor siempre grato de leer .

Bueh,un abrazo ,che.
W,

Andres Accorsi dijo...

En la tapa dice "Cueco" porque está bien escrito. Yo soy un boludo que lo escribí mal 50 veces. Ahora lo corrijo...
Bienvenu, Walther! Me alegra que te hayas enganchado con el blog!

quique alcatena dijo...

Buenísimo el análisis de un autor fundamental como Torres. Estoy de acuerdo con Walter: disfruto mucho este blog. Un abrazo.