el blog de reseñas de Andrés Accorsi

martes, 4 de enero de 2011

04/ 01: HISTORIAS DEL BAR Vol.2


Como buen boludo, leí esta serie en perfecto desorden: primero el Vol.3, después el Vol.1 y último el Vol.2. Pero bueno, ese fue el orden en el que los pude conseguir.
Este tomo nos ofrece cinco historias de alrededor de 20 páginas y –como ya vimos en los tomos anteriores- a veces el bar es apenas una excusa, un lugar en el que transcurre una secuencia de la historia y no mucho más. Carlos Sampayo y José Muñoz piensan el bar como la instancia de encuentro, como para que los personajes no se crucen por la calle, donde es medio incómodo contar tu vida y formular promesas de amor eterno.
La primera historia es brillante. Nos cuenta el reencuentro entre Gene, Bobby y Eddie, tres compañeros del colegio que hoy tienen 40 años y una vida a sus espaldas. Cada uno le narra a los amigos los últimos años de sus vidas y los autores se mandan el maligno e infalible truco de contraponer lo que ellos cuentan con lo que en realidad sucede, un recurso que le agrega ironía y filo a la historia. Para que no falte el caos (fundamental en la obra de Muñoz y Sampayo), unas bataclanas gordas y estridentes cantan en un escenario a un costadito del bar.
La segunda historia es un experimento raro, que a mi juicio no salió del todo bien. El protagonista es un tipo sin cara (que no es Vic Sage), volcado a investigar el paradero de un tal Stevenson, mientras la gente que se lo cruza cree que él es Stevenson. ¿Es? ¿No es? ¿Está loco?¿Es un plan maligno de los villanos para enloquecer a este detective sin rostro? ¿Es una metáfora acerca de la identidad disfrazada de investigación hard boiled? La verdad, no me quedó claro. Lo más atractivo son los guiños a la realidad, en este caso a las elecciones presidenciales que en 1980 llevaron al decrépito y ultra-conservador Ronald Reagan a la cima del poder político en los EEUU.
La tercera historieta es una cátedra sublime y es bastante conocida porque se publicó en el primer número de la Fierro clásica. Tenochtitlán narra los conflictos que se generan en torno a una película del excéntrico director H. H. Kuntz, que se propone recrear con realismo los episodios más sangrientos de la conquista de México por parte de los españoles, y es una de las historias más intensas y violentas de la larga trayectoria de la dupla. El personaje de Kuntz está perfectamente trabajado, es increíble cómo en 20 páginas llegamos a conocerlo tan bien. Acá aparece (un cuadrito) Alack Sinner, y hasta habla Joe, el dueño del bar.
La cuarta es una hermosa historia de amor, sin más violencia que un sopapo de padre a hija, y con un trasfondo interesante: el protagonista es un dibujante de comics ya veterano, creador de varios personajes que llenaron las arcas de las editoriales para las que trabajó durante décadas. En esta también hay un cameo de Sinner.
Y la quinta es la historia en la que el verdadero protagonista es el bar. Una sucesión de viñetas cacofónicas orquestadas de un modo muy, muy complejo, en la que se entrecruzan varias mini-historias distintas y –lo más loco- todas llegan a resolverse en 24 páginas. Una de las historias involucra a Sophie Milaszewicz, la amigovia de Sinner que protagonizó su propia novela gráfica, o sea que el ídolo aparece y hasta habla bastante. También participan de la trama unas caricaturas grotescas y alienadas de Ronald y Nancy Reagan, en un rol tan desopilante como genial.
No nos olvidemos nunca, por favor, que hace 30 años, dos argentinos que vivían en Europa corrían todos los días los límites de lo que se podía hacer en este medio. Con compromiso, con riesgo, con talento, con indignación convertida en fuerza creativa, que suele ser la mejor de todas las indignaciones. Edición nacional URGENTE para las obras completas de Muñoz y Sampayo!

6 comentarios:

Humberto dijo...

Coincido totalmente con la última línea que escribiste (y con las demas también). Te imaginas una edicion nacional de toda la obra de la dupla con la calidad del libro de Gardel del Zorro rojo? Tan arriesgado y costoso sería jugarse con algo asi? Yo garparía de buena gana un San Martín y algo mas por cada broli. Un abrazo, Andrés y feliz año.

Anónimo dijo...

¿Un San Martín, rata? Yo diría unos veinte.

Humberto dijo...

jaja. Siempre alucino que San Martín está en los billetes de 100 y no el puto de Roca. Humberto

Anónimo dijo...

Gracias, Andrès Accorsi, gracias, muchachos de mis barrios, he encontrado este sitio y leido vuestros comentarios, aqui y alla, al pasar de los afectuosos articulos criticos... que historieta la vida, no?
Como me gusto meter en el Carlitos Gardel los personajes de la muchachada bigotuda y engominada que dibujaba en Rico Tipo y Patoruzu! Que festival americano del norte y sur nos mandamos con el Sampayo, si 20 anios no es nada, 40 es aun menoj, digo sho. Ejtoj' laburos los hicimos si pa' nojotroj', pero tamièn pa' ustedej'. Eso si, me, nos, gustaria que algun editor culto, respetuoso y rico nos publicase en nuestros pagos de origen y càrinio. Es muchio pedir?Pues lo repido, lo requiero y quizàs, hoy, lo exigo.

Anónimo dijo...

El editor/a, ademàs de culto, respetuoso y rico, tiene que ser ademàs cosmopolita, enterado, tiene que carecer de envidia, no ostentar desprecio preventivo y resignarse, fingiendo entusiasmo, al talento de los otros, cuàndo tal cosa existe. Y, ademàs del ademàs, tiene que ser poderoso y bien querido, como cantaba Fernando Ochoa.

Anónimo dijo...

Ochoa hacìa tambièn de Don Bildigerno, estaba por radio El Mundo creo, como nos divertìamos antes del imperio televisivo...Tengo un primo tralarilraliralira....Radio en forma de capiyita santa, ojo verde en la oscuridad de la zapie, ahì por la pampa cercana donde tuve mi niniez...Ah! ésos pagos del Pilar, Matheu, Capilla deL Sénior... Galopàbamos dìas y dìas, sin fin, a través del vértigo horizontal, campo adentro, detràs de una pelotita de goma...También ya compraba el Misterix, todos los viernes a la maniana, camino a la escuela.Què paìs que era el nuestro, muchachos. Sigue siendo lindo, a pesar de nuestra insistente poqueza. Estoy yegando.