el blog de reseñas de Andrés Accorsi

viernes, 24 de junio de 2011

24/ 06: FATS WALLER


La verdad es que 1937 debe haber sido un momento muy interesante para estar vivo. De un lado, unos EEUU rescatados de las garras de la depresión por el New Deal de Roosevelt. Por el otro, una Europa que coleccionaba gobiernos fachos y dictadores totalitarios como mi sobrino colecciona figuritas de la Liga de la Justicia: Franco en España, Mussolini en Italia, Stalin en la URSS y el Maradona de los genocidas, Hitler en Alemania. Parecía un momento fuerte, crucial, como para tomar partido, pero los yankis estaban muy ocupados bailando.
Contra ese contexto histórico recorta Carlos Sampayo la figura de Thomas “Fats” Waller, el prolífico y exitoso músico newyorkino que muriera en la cima de su popularidad, con apenas 39 años. A Sampayo lo obsesiona la música: ya nos contó la vida de Billie Holiday, la de Carlos Gardel y la violenta saga de Fly Blues, donde todo pasa por la magia musical de Kenny Meadows, su homenaje a Kenny Dorham. Esta vez, todo su saber melómano está puesto al servicio de la historia, pero sin duda el clima político termina por imponerse, por marcar su propio ritmo y convertirse en el motor de la novela. Con (no tan) sorprendente maestría, Sampayo entrelaza la historia del famoso Fats con la de distintos personajes europeos, metidos cada vez más en esa olla a presión que desembocará en la Segunda Guerra Mundial. La música del ídolo será el hilo conductor, la excusa para que la historia cambie de continente en casi todas las páginas y nos muestre –además de la vida de Waller- otras vidas salpicadas de sacrificios, traiciones y pólvora, a años luz de la atmósfera fiestera y despreocupada de los music halls de Broadway.
De alguna manera, la mezcla funciona. Al principio te desorienta un poco, pero ya en el segundo tramo de la obra (el Lado B), seguro le agarraste la mano al juego que propone el co-creador de Alack Sinner y querés que ese vaivén entre EEUU y Europa no se termine nunca. Por supuesto, al final queda un cierto sabor amargo, no sólo porque uno sabe qué va a pasar en 1938, 39, 40 y demás. También por la forma estúpida, casi irónica en la que muere Fats, a quien nunca vemos del todo feliz, porque Sampayo siempre hace hincapié en las deudas que lo acosan y el amor que le es esquivo. Pero está la magia. Tanto Sampayo como el dibujante (ya vamos con él, bancá un toque) logran plasmar en el papel la onda, el talento, la capacidad extraordinaria de Fats Waller para crear melodías y canciones que, además de darle unos mangos, conquistaran a sus congéneres. Esa alegría que Fats propaga desde su piano (y que a él mismo lo roza muy de vez en cuando y cobrándole muy caro) de alguna manera la siente también el lector. Si nunca escuchaste un tema de Fats, lo más probable es que cuando termines de leer el libro quieras escuchar los 360 que grabó.
Por supuesto, buena parte del inmenso atractivo de esta obra reside en su dibujante, el magistral italiano Igort (Igor Tuveri, en el DNI), esta bestia que estalló en el under a principos de los ´80 y llegó al Siglo XXI convertido en uno de los historietistas más completos de Europa. Fan de José Muñoz, de Lorenzo Mattotti, pero también de Chester Gould, de Yoshihiro Tatsumi y de los dibujantes publicitarios de los años ´30 y ´40, Igort tiene un registro gráfico y narrativo amplísimo, que le permite encarar todo tipo de historietas y salir siempre bien parado. Acá, salvo por uno o dos momentos de riesgo, Igort se ajusta a una narrativa bien clásica, a planificaciones de página bien tradicionales de las que le gustan a Muñoz. Pero la composición de las viñetas no se parece en nada a la del genio argentino. Y la técnica de color que elige Igort lo termina de despegar del monstruo del claroscuro. La paleta de Igort no pretende ser realista, sino potenciar desde esos colores casi siempre apagados los climas de la historia, que van del costumbrismo a la epopeya. El resultado combina sutileza y belleza con un power expresivo que realmente te sacude. La secuencia del laberinto de Lord Snow (el inglés entongado con los nazis) directamente te quita el aliento.
En 2004 se juntaron dos grande del comic de autor y el resultado fue esta obra que te enseña un montón sobre la vida de Fats Waller y sobre la época en que le tocó vivir, pero que además está atravesada por un montón de historias menores con las que Sampayo arma su clásica cacofonía, y que llegan todas a finales bastante trágicos, producto de un momento de la historia donde la mano se estaba poniendo muy, muy heavy. Sumale a esto un dibujo perfecto y te queda una gloria del Noveno Arte, de lectura recontra-indispensable para los que buscan comics por afuera del “más de lo mismo”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Andrés, qué tremendas ganas de leer esto. ¿Hay edición local?

Abrazo,

Otto

Andres Accorsi dijo...

No, por supuesto que no.
Hay que caer en la de Sins entido, que es espectacular, pero no barata.

Pablo Tunica dijo...

Esto dañó.