el blog de reseñas de Andrés Accorsi

miércoles, 23 de noviembre de 2011

23/ 11: ICARO Vol.1


Ayer tuvimos un team-up entre un francés y un yanki y hoy redoblamos la apuesta: un francés y un japonés! Y de nuevo el francés escribe y el otro dibuja! ¿Qué saldrá de esta mezcla? ¿Un manga dibujado en sentido oriental, con guionista francés? Muy bizarro... Pero las especulaciones se terminan cuando te diga que el guionista francés es Moebius y el dibujante japonés es Jiro Taniguchi. Ya está, la reseña podría terminar ahí. El peso de esos dos nombres es tanto, que juntos me van a hacer colapsar el blog, si no la internet entera.
A ver: si no te dicen que lo escribió Moebius, Icaro se lee como un manga normal. La narrativa es típicamente japonesa y seguramente fue pensada 100% por Taniguchi. La acción va lento, el dibujo se cuelga para mostrarnos escenas pachorras, en las que no pasa nada, hay mucho énfasis en el movimiento, en las miradas, en los climas... Este tomo tiene más de 150 páginas y lo que sucede es más o menos lo mismo que lo que sucede en... 45 páginas de un comic yanki, o 30 de un comic europeo. O sea que estamos ante un relato muy, muy descomprimido, como casi todos los que dibuja Taniguchi.
La premisa del guión está muy bien: un chico que nace con el poder de levitar y crece bajo la supervisión de milicos y científicos, hasta que ya de grande (y con el poder de vuelo ya absolutamente desarrollado y controlado) hace un primer intento por escapar de su cautiverio y ver qué corno hay afuera de ese mega-instituto de ciencias naturales. El personaje central casi no habla, pero el eje –por ahora- no está tan puesto en Icaro, si no que los que llevan adelante la historia son sus captores: los científicos, la Teniente Coronel (una mujer homosexual de rasgos duros y personalidad durísima) y la hermosa y copada Yukiko, una integrante del equipo que investiga a Icaro y que desarrolla una relación especial con el chico volador. Además de la dinámica entre Icaro y estos personajes, hay un conflicto muy bien llevado que tiene que ver con humanos artificiales con el poder de auto-detonarse. Seguramente en el segundo (y último) tomo este elemento se integrará mucho más a la trama central, la que gira en torno a Icaro. Por ahora, la mezcla entre ciencia-ficción tranqui, runfla política heavy y relaciones interpersonales complejas, funciona muy bien. Veremos cómo se resuelve todo en el segundo tomo.
Mientras tanto, mientras todo avanza a un ritmo parsimonioso, la pulenta, lo que te mantiene soldado al libro, es el dibujo del sensei Taniguchi, grosso por donde se lo mire. El ídolo dibujó esta historieta entre 1997 y 2000, o sea que es anterior a varios de sus grandes hitazos, donde el dibujo está un poquito más redondeado. Todavía se parece un poco (no mucho) a Katsuhiro Otomo u a otros referentes del seinen ochentoso. Pero está la magia, el despliegue, la inverosímil capacidad de Taniguchi para que las escenas fluyan con naturalidad, para plasmar esos paisajes y esos decorados repletos de detalles microscópicos (que al estar editado en tamaño de TPB yanki se ven más y mejor) y para balancear las masas de blancos y negros, sin privarse de hacer uso y abuso de las tramas mecánicas, colocadas como los hiper-dioses. Las secuencias mudas, el sueño de la mamá de Icaro con el que abre el libro, las escenas de acción, todo está más que perfecto. Por si faltara algo, varios de los trajes que luce Icaro tienen el toque inconfundible de Moebius, pero dibujados por Taniguchi. Doble placer.
Mencionaba que esto está editado como TPB yanki y cabe agregar que –por algún motivo que ignoro- nunca se publicó en castellano. Además la editorial que lo publicó en EEUU se fundió hace años, con lo cual los dos tomos de Icaro son muy difíciles de conseguir. Yo tuve culo y conseguí baratos los dos tomos en inglés, pero la desesperación ya me estaba haciendo evaluar la posibilidad de comprarlos en italiano o francés. Por ahora, se recontra-justifica cualquier atrocidad que tengas que cometer contra tu tarjeta de crédito para sumar a Icaro a tu colección.

1 comentario:

Redskull dijo...

Esa fue exactamente mi reaccion cuando me entere de que esto existia.

100% de acuerdo con tu reseña, y es masomenos la misma impresion que me dio del comic.