el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 20 de diciembre de 2015

20/12: STARLORD MEGAZINE

Starlord es un personaje que me resulta interesante, pero del que nunca había leído nada. Por eso, cuando vi este one-shot decidí darle una oportunidad. Este “Megazine” es una publicación rara, una especie de bola de nieve. Termina con siete páginas de prólogo a una miniserie que salió en 1996, el mismo año que se editó el one-shot. Todo el resto del material es una reedición del Starlord Special Edition de 1982. A su vez, este Special Edition le agregaba color y seis páginas dibujadas (como la San Puta) por Michael Golden a una publicación de 1977, el n° 11 de Marvel Preview. O sea que, con pequeños aditamentos, este Megazine es una especie de tercera edición de aquel Marvel Preview de 1977 en el que brillaban dos pibes que todavía no estaban consagrados, pero que la venían rompiendo: Chris Claremont y John Byrne.
La aventura en sí está muy en sintonía con lo que sucedía en aquel 1977: el estallido de Star Wars. La saga de Starlord también tiene imperios galácticos, razas alienígenas, armas alucinantes, naves zarpadas, príncipes, monstruos, aventureros y una historia de amor. Para mi gusto, Peter Quill resuelve todo muy fácil. Nunca un enemigo lo pone en verdaderos aprietos, nunca tiene que enfrentarse a un dilema moral complejo. Va, confronta y gana. Y se ocupa de que a sus jóvenes aliados no les pase nada demasiado grave. El sacudón más lindo llega al final: Claremont acierta al guardarse para las últimas páginas el origen del personaje, que es –lejos- lo más interesante de esta historia.
Como siempre que redescubrimos material de los ´70, sorprende la gran cantidad de texto que tenían en esa época los comics de Marvel. Hoy sería totalmente descabellado plantear un comic que narre en menos de 60 páginas lo que narra Claremont en esta historia, principalmente porque el desarrollo se piensa de modo mucho más visual, con mucha más exposición por parte del dibujo y mucha menos por parte de los textos. De hecho eso queda en recontra-evidencia en las páginas del final, las que pertenecen (a modo de preview) a la miniserie de 1996. Pero bueno, uno creció leyendo los choclazos de texto de Claremont y ya está acostumbrado a la calidad de su prosa y al grado de introspección al que se anima a través de los diálogos y los globos de pensamiento, otro recurso que ya casi no se usa en el comic yanki más o menos realista.
El dibujo de John Byrne es espectacular. Todavía no está tan definido su estilo como en sus últimos números de Uncanny X-Men, o su etapa en Fantastic Four. Pero ya se ve la fuerza, el talento, el riesgo para plantear puestas en página novedosas, y ese laburo obsesivo en los fondos. Esta historieta se publicó originalmente en blanco y negro, por eso Byrne dejó la vida en la iluminación, con efectos, tramas mecánicas y texturas alucinantes. Una pena que en 1982 esto haya sido coloreado por Glynis Oliver, enemiga declarada de mis retinas, a la que vi estropear decenas de comics buenísimos. Esta no es la excepción, para nada. Si el dibujo de Byrne no se luce todavía más es porque lo opaca mucho ese color tosco, chato, por momentos digno de una revista de Columba. Sospecho que Michael Golden dibujó sus páginas sabiendo que se iban a colorear, por eso se ve una armonía mayor entre la línea del ídolo y los colores de esta asesina serial de viñetas.
Resumiendo, por ahí le faltó un poquito de espesor a los conflictos para que la saga de Starlord tuviera menos gusto a pochoclo, y no terminé de comprar a Sandy y Kip, los personajes secundarios más destacados. De todos modos, me encontré con un relato sólido, con mucho ritmo y con unas cuantas ideas muy atractivas. Más allá del placer que da reencontrarse con Chris Claremont y John Byrne, una de las duplas definitivas de la historia del comic-book. Me imagino que tras el éxito de la peli de Guardians of the Galaxy este material se debe haber vuelto a publicar, y espero que haya sido en blanco y negro.

2 comentarios:

Gustavo dijo...

Hola Andrés, un par de consultas más si no es molestia.

Me quedaron en el tintero un par de preguntas sobre Green Arrow, especialmente ahora que estoy enganchado con el arco de Grell (fantástico!).

Hay una saga de Dixon llamado “Where Angels fear to tread” donde Ollie “se muere”.
¿Qué te pareció?

Si recordas bien, Green Arrow vuelve con su serie solista de la mano de Kevin Smith.
Vale la pena los tpb Quiver-Sounds of Violence de Smith?

Hay un tpb, escrito por Brad Meltzer, (está la reseña en tu blog) y después la serie cae en manos de Judd Winick hasta el final, con algún guiño al Identity Crisis en el tpb “Heading into the light”.
¿Es buen material lo que escribió Judd Winick?

Estuve leyendo las reseñas de Jeff Lemire en tu blog (Sweet tooth la tengo en la mira). Se va a estar editando en enero una versión deluxe de Green Arrow escrita por Lemire que incluye: Green Arrow #17-34, Green Arrow Futures End #1 & Green Arrow Secret Origins.
¿Qué te pareció GA por Lemire?

Ya que te nombré a Meltzer, hay dos tpb dando vuelta de la Justice League: Tornado Path & Lightning Saga. Para serte sincero, a mi Identity Crisis me gusto :)
¿Los dos tpb de Meltzer debería gustarme también o el tipo la caga acá?

Y la última, ¿se te ocurre alguna joyita no editada en tpb de Vertigo como la reseña de Ape & The Angel?

Nuevamente gracias de antemano por las respuestas!

Andrés Accorsi dijo...

De abajo para arriba:
Sí, hay unas cuantas. Incluso el primer trabajo de Azzarello y Risso (Jonny Double) nunca salió en libro.
La etapa de Meltzer en la Justice League me gusta poco. Hay un unitario alucinante y las sagas más extensas me parecieron muy flojas. Si te gustó Identity Crisis, por ahí te gustan, pero yo esperaba bastante más...
Nunca leí lo que hizo Jeff Lemire en Green Arrow, pero sé que tuvo excelentes críticas.
Lo de Judd Winnick en Green Arrow no me llamó mucho la atención. Es un guionista que en general no me convence.
Lo de Kevin Smith, en cambio, está bastante bien. Te vas a divertir con los dos TPBs que mencionás.
Y la etapa de Chuck Dixon a mí me pareció interesante. No es la joya absoluta, pero le puso onda y huevo. Estaba muy bien.