el blog de reseñas de Andrés Accorsi

domingo, 29 de enero de 2017

DOS DE DOMINGO

Che, venimos muy bien en cantidad de entradas en el blog. Estamos cerrando Enero con 9 entradas, es decir, al mismo nivel que Diciembre de 2016, que fue el mes de ese año con mayor cantidad de entradas. No sé si podré mantener el ritmo de 9 entradas por mes los 11 meses que nos quedan por delante, pero de ser así, estaríamos arrimando a las 108 entradas a lo largo de 2017, que serían un montón comparadas con las 67 de 2016. Pero por ahora eso es ciencia-ficción, como las paritarias del 18% con las que deliran los gorilas. Vamos a la realidad, que son dos nuevas reseñas.
¿Lo tenías a Junji Ito en la comedia costumbrista? Uno de los grandes mangakas de la actualidad, muy identificado con el género del terror, se tomó un respiro de tanta oscuridad y en 2009 se mandó una historieta autobiográfica en la que nos cuenta cómo cambió su vida cuando se mudó con su actual pareja a una casa grande en la que se vio obligado a convivir con dos gatos, Yon y Mu. Y no, El Diario Gatuno de Junji Ito no se parece mucho a las otras obras del autor, pero tampoco se parece mucho a otras historietas autobiográficas, y eso es lo que la hace fresca, novedosa y sorprendente, más allá de que te interese o no el tema de “historietista forzado por su mujer a convivir con dos gatos”.
Ito está tan pasado de rosca y es un narrador tan formidable, que se las ingenia para contarnos anécdotas cotidianas de una pareja y sus gatos sin renunciar a la intensidad, la tensión, la acción, el delirio y la bizarreada que uno asocia con sus historietas de terror. Cambia la temática, cambia la estética (acá las escenas son más luminosas, no hay tanta presencia de las masas negras) pero se mantiene la esencia, la impronta de un autor que supo evolucionar para distinguirse fácilmente del resto. Si sos fan de las historias más atroces de Junji Ito, dale una posibilidad a El Diario Gatuno. Y si sos fan de las comedias costumbristas, la autobiografía o los gatos, acá tenés la oportunidad perfecta de descubrir a un mangaka sencillamente brillante.
Me vengo a Argentina, a 2016, a sumergirme en Guro, el primer relato extenso de Diego Simone, un autor con el que ya nos cruzamos en varias antologías. Estéticamente, esto es irresistible. Tenemos tipos y minas con antifaces como los que usaban los Green Lanterns en los ´60 y ´70, interactuando con seres deformes con fístulas y pústulas, en un mundo entre putrefacto y surrealista con mucha reminiscencia al Black Hole de Charles Burns, y con una notoria proliferación de pijas y conchas. Creo que antes de empezar a leer el libro lo recorrí página a página no menos de tres veces, para dejarme llevar por el influjo visual de Simone, que me sorprendió totalmente, no sólo porque yo lo asociaba con otras estéticas (recuerdo trabajos suyos más en la línea de Tony Sandoval) sino también por la calidad de los dibujos, la complejidad de los montajes y la originalidad de la propuesta en su conjunto.
La historia en sí, sin embargo, una vez leída me pareció bastante menos original. Se trata de un argumento hiper-remanido (unos pocos elegidos luchan para salvar a la Humanidad de una raza de seres superiores y malignos que la controlan y la quieren llevar a la destrucción total) pero contado de un modo novedoso, con personajes muy atractivos y con una idea para evitar la clásica confrontación entre Malos y Buenos por vía de la violencia que le hubiese gustado imaginar al mismísimo Grant Morrison para The Invisibles.
Si le sacamos el ornamento, Guro es una aventura tradicional, no obvia, pero para nada revolucionaria. El tema es que el ornamento funciona tan bien, está tan bien puesto, suma tanto para posicionar a esta historia en un lugar distinto al de la típica aventura, que para cuando empezás a sospechar de que esto que te está contando Simone ya lo leíste antes (no menos de 50 veces), estás totalmente perdido en esa vorágine, esa belleza crepuscular, transgresora, sexy y revulsiva a la vez, que es el mundo en el que está ambientada la trama. Mundo al que Simone haría muy bien en revisitar en alguna próxima obra, porque la verdad que personajes como Espectra o el Señor Narciso resultan tan fascinantes que te dejan pidiendo a gritos sus respectivos spin-offs.
Gracias por el aguante y retomamos pronto.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Andrés, ¿como estás? Vos pensás que Batman está loco? y otra cosa, que opinas de Button Man de 2000 AD, esa que ahora editó ECC. Espero tu respuesta, un saludazo.

Andrés Accorsi dijo...

No leí Button Man... Y Batman no está exactamente loco, pero seguramente sufre algún trastorno mental.